La limpieza del baño debe hacerse con profundidad y detenimiento. Y es que ésta, junto con la cocina, es la habitación de la casa que debemos mantener con mayor orden y pulcritud, para preservar la buena salud y el bienestar general de la familia.
A veces seguimos una rutina de higiene del hogar que no es del todo adecuada ni lo suficientemente exhaustiva. Por eso, veamos algunos trucos sencillos para que nuestro sanitario se mantenga siempre en las mejores condiciones de higiene
Ordenar el baño
Antes de limpiar el baño, lo primero es el orden. Crear espacios de guarda nos permitirá quitar de la vista (y del medio) los elementos de uso. Procura establecer sectores, cajones o estantes diferenciados según el uso, para poder así efectivizar la guarda. Por ejemplo, conserva todos los elementos relativos al peinado en un sector, lo de depilación o de afeitar en otro, los de maquillaje en otro más, y así.
Una vez que tengamos el baño ordenado, con todo en su sitio de guarda, la higiene será más efectiva. Muchos optan por comenzar desde el piso, sin embargo, siempre se debe comenzar por lo más alto.
Para la limpieza diaria del baño, cada quien tiene sus trucos. Luego, debemos dar una limpieza semanal profunda, y también una mensual aún con mayor profundidad. Esta incluirá el tratamiento de depósitos de sarro, entre otras tareas
Pasos para la limpieza y desinfección del baño
Comienza a limpiar aplicando el producto desinfectante, limpiador y antisarro para la taza y el bidet, si el sanitario lo tuviera. También aplica este producto en el lavabo cerámico, en jaboneras, en el colgador de los cepillos de dientes y en cualquier cerámico o porcelana del sanitario. Mientras dejas actuar, aprovecha para repasar la unión de las paredes y el techo con un cepillo para techos.
Luego, mientras el producto sigue actuando, aplica el mismo o uno antisarro en torno a los grifos del lavabo y de la ducha. Recuerda colocarlo también en la flor de la ducha, y en todos estos accesorios, ya que las aguas tratadas o duras podrían dejar depósito de sarro allí.
Ahora, limpia los azulejos del baño con un producto desinfectante. Aplícalo a gatillo o con un pulverizador, y luego repasa con un paño. Para zonas altas, utiliza la mopa o el trapeador. Luego, aclara con suficiente agua cálida. Para evitar manchas en los cerámicos, puedes secar con un trapo de algodón limpio.
El siguiente paso es repasar y limpiar las estanterías, los muebles y las zonas de guarda, quitando el polvo con un trapo apenas húmedo con agua cálida. Ya puedes cepillar la taza, el bidet, el lavabo y la grifería, siempre utilizando cepillos independientes para evitar contaminaciones indeseadas. Luego, aclara o enjuaga con suficiente agua, y finaliza con un trapo seco y suave, para provocar un brillo inigualable en el baño.
Llega el turno de limpiar la caja de la ducha o la bañera. Aplica el producto antibacterial, y limpia mientras tanto la cortina o la mampara con un producto que evite la formación de hongos. Cepilla la caja de la ducha con un cepillo de cerdas duras, y aclara con agua, aprovechando para enjuagar también la cortina o la mampara. Luego, puedes secar o dejar ventilar.
A continuación, limpia los espejos y las ventanas con un producto para cristales y papel de diario. Limpia el piso del baño, comenzando por una pasada de agua limpia, luego una de agua con limpiador para pisos, y seca con un trapo de algodón limpio. Finalmente, repasa los muebles con lustrador si fuera la situación.
Ahora tu baño no sólo estará limpio, sino que también estará libre de sarro, completamente desinfectado, y totalmente impecable.
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