La cafeína en el néctar de las flores mejora la
memoria olfativa de las abejas
La cafeína en el néctar de las flores mejora la memoria olfativa de las abejas
Los
insectos polinizadores son atraídos por el sabor del néctar, que además de
azúcares también contiene sustancias como la cafeína. Un nuevo artículo en
Science afirma que la cafeína potencia la respuesta de las neuronas asociadas
al aprendizaje olfativo y a la memoria de las abejas, actuando como un receptor
antagonista de la adenosina. Aunque la cafeína tiene cierto sabor amargo, no
repele a las abejas, todo lo contrario les hace recordar con más fuerza el
“buen” sabor del néctar de las flores que contienen esta sustancia (como los
cafetos y algunos cítricos). Para los humanos la cafeína es tóxica a altas
dosis, pero a bajas dosis es “gratificante” y mejora el rendimiento cognitivo y
la memoria. Me ha sorprendido bastante descubrir que estos efectos también se
observan en las abejas. Quizás otros alcaloides y otras sustancias con
actividad neurofarmacológica, además de repelentes para ciertos insectos,
también jueguen un papel importante en la respuesta de sus polinizadores. El
artículo técnico es G. A. Wright et al., “Caffeine in Floral Nectar
Enhances a Pollinator’s Memory of Reward,” Science 339:
1202-1204, 8 Mar 2013. Nos cuentan muchos detalles
curiosos sobre las abejas Lars Chittka, Fei Peng, “Caffeine Boosts Bees’
Memories,” Science 339:
1157-1159, 8 Mar 2013.
Los
autores han estudiado el contenido de cafeína en el néctar de tres especies de
cafetos (Coffea
canephora, C. arabica y C. liberica) y cuatro especies de cítricos (Citrus paradisi, C. maxima, C.
sinensis y C. reticulata)
utilizando cromatografía y espectrometría de masas. La concentración medida
varía entre 0,003 y 0,253 mM. Para estudiar la hipótesis de que la cafeína
puede afectar al aprendizaje y a la memoria de los polinizadores, los autores
utilizaron un método de aprendizaje condicionado clásico con abejas. La
presencia de dosis bajas de cafeína tuvo un efecto débil sobre la tasa de
aprendizaje pero un profundo efecto sobre la memoria a largo plazo (efecto
similar a utilizar dosis altas de azúcares en el néctar). A concentraciones
altas (por encima de 1 mM), la cafeína es un repelente para los insectos
(incluidas las abejas).
Por cierto, yo no sabía que a las
abejas les encantan lamer las latas de refrescos con cafeína. Como muestra esta
figura los receptores neuronales olfativos primarios se encuentran localizados
en las antenas de la abeja. Estos nervios están conectados con los glomérulos
del lóbulo antenal. Las neuronas del lóbulo antenal son de dos tipos:
interneuronas locales y neuronas de proyección. La salida de las neuronas de
proyección se conecta con las células de Kenyon de los cuerpos pedunculados
(corpora pedunculata, también llamados en inglés “cuerpos seta” o “mushroom
bodies” . El cuerpo pedunculado también recibe información visual y se
cree que tiene un papel fundamental en el aprendizaje y la memoria de las
abejas. La cafeína potencia la transmisión sináptica entre las neuronas de
proyección y las células Kenyon, además de aumentar la excitabilidad de las
células de Kenyon, lo que facilita la formación de recuerdos a largo plazo
relacionados con los aromas florales.
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