¡VEN A CONOCER EL FASCINANTE MUNDO DE LAS ABEJAS!

El ser humano y las abejas llevan relacionándose miles de años y  fruto de este contacto han establecido una dependencia mutua. El  hombre se ha alumbrado, alimentado y curado con productos que ellas  fabrican. Las ha adorado, convertido en mitos y le han servido de  inspiración en el arte. La miel ha sido durante milenios el único  endulzante natural que se conocía, hasta tal punto que solo se pudo  empezar a vender masivamente en el S. XIX ya que muchas  sociedades la consideraban un alimento exclusivo de la nobleza.  La relación comienza en la prehistoria cuando el hombre se hace  recolector y descubre el dulce sabor de la miel. Los primeros vestigios  de esta labor recolectora se encuentran en una cueva en el Levante  español (Bicorp,Valencia) que datan del Paleolítico Superior(9.000 a.  C.)Los egipcios fueron los primeros apicultores y consideraban a las  abejas las lágrimas del dios Ra. La abeja egipcia se tomaba como el  símbolo de los faraones y su significado era “Rey del Bajo Egipto”.  Virgilio escribe las Geórgicas, un visión de la organización social de las  abejas.  Los griegos también fueron buenos apicultores y el cadáver de  Alejandro Magno es trasladado desde Babilonia (en Irak) hasta  Alejandría (en Egipto) sumergido en miel para que no se  descompusiera. Virgilio escribe las Geórgicas, un visión de la  organización social de las abejas.  Poco a poco se van descubriendo los secretos de la colmena (los  diferentes individuos que la habitan, su función, la utilidad de sus  productos, como cultivarlas) y se fabrican diferentes modelos de  colmenas con los materiales disponibles en cada lugar.  La apicultura no da su gran salto hasta la invención de la cera  estampada, el extractor tangencial y sobre todo la colmena de panales  móviles por I. L. Langstroth a medidos del S. XIX.  En la actualidad el hombre a extendido la abeja melífera por todo  el mundo y no podría sobrevivir sin él. Las ha semidomesticado,  practica la trashumancia con ellas y las explota todo lo que puede como  un animal de ganado más, rompiendo el equilibrio biológico de los  ecosistemas y olvidándose de la relación que han tenido durante  milenios.